lunes, 3 de diciembre de 2012

Clases, capitalismo y amor

En el mercado nadie está obligado a comprar lo que ofrecen los capitalistas. Bien puede ocurrir que un obrero con cuatro muelas podres decida no ir al dentista. Es más, bien puede ocurrir que prefiera tener toda la boca podre. El dentista vive por las muelas de los demás, está deseando arreglar las bocas de toda la clase obrera si fuese necesario, el problema es que algunos libremente deciden no acudir a su consulta. A mí, por ejemplo, me encantan las caries. Qué coño, me gustan tanto que les voy a escribir un poema en cuanto termine esta entrada. 

Para el funcionario Braun el capitalismo es un constante amor por el prójimo, cualquier desviación egoísta sería inmediatamente castigada por los demás que, libremente, se irían a la competencia, a una competencia más atenta y cariñosa. En el capitalismo, según nuestro funcionario, no hay clases sociales. En el capitalismo solo hay voluntades libremente asociadas, una amorosa armonía. La división en clases lejos de ser parte del capitalismo está contraindicada. El mercado no sabe de clases, eso es cosa del socialismo, pues al no existir mercado nadie escoge libremente sus profesiones ni sus ventas ni sus compras ni nada, sería un despótico poder el encargado de escoger por nosotros. Los individuos obligados a vivir sin mercado, lejos de atender a los demás, tendrían que limitarse a servir a ese poder. 

Me consuela saber que un funcionario liberal como Braun apuesta por el amor al prójimo. Uno está ya muy cansado de las truculentas descripciones liberales del ser humano: tan horribles somos que efectivamente el capitalismo sería el sistema ideal, ajustado a nuestra repugnante naturaleza, incluso estaría tatuado en nuestros genes siempre egoístas. Pero ahora, gracias a Braun, sabemos que el capitalismo consiste en atender a los demás. El señor Braun contempla el mundo desde la atalaya de los clientes, donde todo es jolgorio, no hay clases, solo individuos que disfrutan de su libertad de compra y venta. Claro que para presentarse como cliente en el mercado hay que conseguir dinero. Simplificando, hay unos tipos que consiguen su dinero explotando a los demás, y otros, la mayoría, consiguen su dinero trabajando para los primeros. Esto ya no es tan amoroso, que se lo pregunten a los desempleados y a todos los que incluso vendiendo su pellejo a un burgués apenas les alcanza para ser clientes más allá de cubrir sus necesidades básicas, si es que las cubren. No habrá que aclarar a las personas con algo de juicio, que los seres humanos convertidos en mercancías no se ponen en venta por un espíritu aventurero y libre sino por la dictadura del hambre. Toda una contraindicación necesaria para el funcionamiento del capitalismo que el señor Braun pasa por alto.

Al inicio de la crisis me topé con un taxista en el aeropuerto de Barajas. El buen hombre al ver a tanta gente entrando y saliendo se preguntaba dónde estaba la crisis. Asumo que esa es la posición del funcionario Braun, estudia el capitalismo sentado en una cafetería de un centro comercial, de lo contrario tendríamos que pensar que nuestro hombre da la espalda completamente a la realidad y se dedica a golpearse la cabeza con cualquiera de los muchos mamotretos liberales que seguro lucen en sus estanterías. Incluso si el capitalismo solo pudiera entenderse en ese plano, al señor Braun y a todo el que tenga ojos y algo de vergüenza, no les quedaría más remedio que reconocer que atiende fatal a las mayorías desposeídas, bastaría con salir del centro comercial y darse un paseo por cualquier barrio obrero. 

No solamente algunos progresistas concluimos que el socialismo es un sistema superior al capitalismo, sino que todos los progresistas concluimos que el socialismo es un sistema superior al capitalismo. Solo la reacción entiende lo contrario. Los progresistas afirmamos también que el capitalismo que nos pinta Braun no tiene nada que ver con la realidad que sufrimos a  mayor gloria de los burgueses, sean atentos y serviciales o muy malos y egoístas. No digamos ya ese poder despótico del socialismo del que nos habla Braun, semejante locura que arrastra a los obreros a odiar las caries contra su voluntad. Menudo disparate. 


http://www.libremercado.com/2012-12-02/carlos-rodriguez-braun-clases-capitalismo-y-egoismo-66609/

4 comentarios:

  1. Soy un obrero al que le gusta el blog y sin mas cultura política que los largos años de explotación laboral. Para mi la competencia capitalista no es más que un cuento. Una farsa para reducir gastos de produción, de mano de obra o capital variable. Como sino existieran los monopolios, oligopolios y patentes. El mismo Adam Smith nos alertaba contra la colusión de los mercaderes, que no se reunian ni para jugar a las cartas, sin pactar precios y perjudicar a un tercero. El funcionario Braun puede decir lo que quiera, pero el socialismo (sistema muy superior al capitalismo) la unica guerra que ha perdido con este, ha sido la propaganda.

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  2. Ciertamente el socialismo arraiga de tal manera en los explotados que solo pudieron derrotarlo a medias y en nombre del socialismo mismo. Digo a medias porque muchos de los avances sociales de hoy son herencia directa del socialismo. En el antiguo campo socialista a los fariseos liberales no se les ocurrió pedir privatizaciones, propiedad privada, explotación... ellos salían a la calle reclamando mejoras en el socialismo, engañando a la gente. Lo vemos hoy a pequeña escala con la sanidad por ejemplo, el modo en que la están privatizando en nombre de lo público.

    Las clases populares no quieren capitalismo, se resisten a él. Funcionarios como Braun están para sembrar la confusión.

    Un saludo.

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  4. Socialistas, comunistas y demás ...

    Porque odian tanto la libertad? Porque creen que hacer el bien es algo que se puede y debe imponer?

    Lo que ustedes predican sonará muy bien entre las clases mas bajas y, es por eso, que ustedes necesitan clases bajas.
    Si no existieran pobres, no existirían ustedes. Será por eso que son una maquina de crear pobreza?
    Será por eso que, donde hay comunismo, socialismo o lo que es lo mismo, falta de libertad, hay mas pobreza?

    Ahora, todo socialista, comunista y demás ... compra el discurso mientras, o es pobre (y quiere que le resuelvan la vida y no dejar de serlo por medios propios) o deba perpetuarse en el poder.
    Al Estado solo debe interesarle garantizar que, mediante la Ley, las libertades de todos se respetan (ricos y pobres) y crear un sistema donde, entre ricos y pobres, puedan ayudarse mutua y voluntariamente.

    El Estado no es más que un grupo de personas (políticos) que tienden a la estafa y la corrupción, porque se encuentran gestionando grandes cantidades de recursos que no son propios y que son gestionados en un modo en que jamás gestionarían su propio patrimonio.

    Esta dilapidación del dinero ajeno se hace sobre la base del engaño al que se hace referencia en el texto "Clases, Capitalismo y Amor".

    Lo curioso es que, socialistas, comunistas y demás .... jamás crearan un sistema donde el pobre pueda dejar de serlo por sus propios medios. Interesa hacerles sentir que deben depender eternamente de un Estado siempre mas corrupto y ladrón. Esa dependencia es la que permite que existan el socialismo, el comunismo y demás males.

    Es por esto que interesa generar pobreza. Sin ella, los socialistas, comunistas y demás males, deberian ponerse a trabajar.

    Y eso jode ...

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