domingo, 20 de junio de 2010

Discursos de Lenin


15 de abril de 1917. Lenin llega a la Estación Finlandia en Petrogrado.

Queridos camaradas, soldados, marineros y trabajadores: me siento feliz al saludaros en nombre de la victoriosa revolución rusa; de saludar en vosotros a la vanguardia del ejército proletario internacional. Ya no está lejos la hora en que, al llamamiento de nuestro camarada Karl Liebkchnet, el pueblo volverá sus armas contra los capitalistas que lo explotan. La revolución rusa, hecha por vosotros, ha abierto una nueva era. ¡Viva la revolución socialista mundial!

A continuación se dirigió a la sede del partido bolchevique donde ofreció unas palabras desde el balcón del segundo piso.

No estoy muy seguro de que ustedes estén de acuerdo con el gobierno provisional. Pero sí estoy seguro de que cuando os dicen dulces discursos, y los llenan de promesas, ellos os están engañando y con vosotros a todo el pueblo ruso. El pueblo necesita pan y tierra. Y ellos dan guerra, hambre, falta de comida, y las tierras se quedan para los terratenientes. Marineros, camaradas, tenéis que luchar por la revolución. ¡Luchemos hasta el final!

Entró en el edificio y tras esperar su turno de palabra dijo lo siguiente:

Camaradas, trabajadores y campesinos:

El momento del que tanto hemos hablado los bolcheviques, por fin ha llegado. ¿Qué significa la revolución de los trabajadores y los campesinos? Primero, que tendremos un gobierno soviético, nuestro propio órgano de poder en el cual la burguesía no tendrá lugar.

A partir de ahora comienza una nueva fase en la historia de Rusia. La tercera Revolución rusa será la cumbre de la victoria socialista.

Una de nuestras primeras tareas es poner fin de inmediato a esta guerra. Está claro para todos que en la medida en que acabemos con esta guerra, que está sostenida por el presente sistema capitalista, el capital también será combatido.

Necesitamos la ayuda de movimientos mundiales de la clase trabajadora que ya están organizándose en Italia, Inglaterra y Alemania.

La propuesta que nosotros hacemos a la democracia internacional para la paz inmediata será recibida ardientemente por las masas proletarias del mundo. Todos los tratados secretos deben ser publicados para fortalecer la confianza del proletariado.

En Rusia un gran número de campesinos ha señalado que ya trabajó suficiente para el capitalismo, ahora marcharemos con los trabajadores.

Un decreto que ponga fin a la propiedad de la tierra fortalecerá la confianza de los trabajadores sobre la producción.

La revolución que acaba de comenzar es evidencia de esto. Poseemos la fuerza de las masas organizadas, capaces de superar todos los obstáculos y de conducir al proletariado a la revolución mundial.

Ahora hay que construir un Estado del proletariado en Rusia.

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